Es como la historia de los trágicos amantes. Es como una
despedida en la que hay que aceptar que no hay segundas partes, ni vueltas, ni
oportunidades. Se rompió, con los días, con el uso, con los descuidos. Se
rompió y ahora solo quedan los cristales rotos en el suelo de lo que un día fue
lo más hermoso. Aunque trate de pegarlos no será más que un pobre corazón a
base de parches. Ya estará magullado, ya habrá perdido su espíritu nuevo,
fresco y sobre todo, esa ilusión tan enorme, que lo gobernaba todo. Quedará
un vacío, una cáscara, unos restos. Nada más de esas miradas encendidas que
ardían al mirarse, que se deshacían en la piel. Nada más.
Mi mente viaja sola, a recomponer su herida. Ha subido a La Picota. Donde tal vez todo empezó, todo acabe. La brisa choca contra mi cara y hace volar a mi pelo. Ese lugar es un santuario. La naturaleza me regala su comprensión. El mar deja que duerma en su colchón azul, que me pierda en sus infinitas aguas hasta que esté preparada para volver, hasta que la quietud me haya curado.
Mi mente viaja sola, a recomponer su herida. Ha subido a La Picota. Donde tal vez todo empezó, todo acabe. La brisa choca contra mi cara y hace volar a mi pelo. Ese lugar es un santuario. La naturaleza me regala su comprensión. El mar deja que duerma en su colchón azul, que me pierda en sus infinitas aguas hasta que esté preparada para volver, hasta que la quietud me haya curado.
Me basta con tus ojos, me basta con tu piel, con tus manos,
con tu pelo, aunque ellos hoy no me quieran. Me basta con contemplarlos, ellos
me hablan de tiempos pasados, ellos me recuerdan que un día las dos nos
deshicimos en amor. Que no había nada más en el mundo que tú y que yo. Que
jamás hubo dos amantes como nosotras. Tan siquiera pido una sonrisa. No pido
una caricia aunque me duela tu piel en mis dedos. Solo quiero verte, aunque tu
no me quieras, aunque no me esperes ni estés dispuesta a empujarme, a
arrastrarme a donde un día lo hice yo. Pero no te culpo, no todos somos
iguales. El corazón a veces se cierra. Lo que pasa es que ese “para siempre” para mí fue cierto. Me creí el para siempre, como en las películas de Disney. El
cuento feliz, el príncipe y la princesa que no son más que dos. Me creí que el
mundo no era como es, que si uno quiere algo lo quiere para siempre, que el
amor no acaba, que la lealtad estaba por encima. Tal vez es eso, que no quise
crecer, que no quise ver que al fin y al cabo el mundo era un lugar inhóspito. Y ya ves, que en realidad todo cambia.
Yo he cambiado. Hoy tú has cambiado y tu amor por mí también lo ha hecho. Pero
mi corazón no se ha adaptado, sigue en el país de nunca jamás, sigue atemporal
en el mundo del cambio. Sigue teniendo tu nombre grabado en el centro, como un
diamante eterno.
Por qué no puedo volver atrás, a vivir eso una vez más, a enamorarme otra vez de ti, a explotar de amor y que tú explotes conmigo. Por qué el tiempo pasa, joder. Por qué no para de una puta vez. Por qué ha jugado así conmigo. Yo no firmé esta mierda, yo siempre hice lo bueno, lo correcto, siempre luché contra lo injusto. Y ahora no me regala nada de todo aquello por lo que yo peleé. Ahora solo me queda mi mente, con recuerdos que inevitablemente van borrándose. Mi mente fallida y tus cartas. Al menos eso está, de tu puño y letra. Tus promesas firmadas con tu alma en mi papel.
Por qué no puedo volver atrás, a vivir eso una vez más, a enamorarme otra vez de ti, a explotar de amor y que tú explotes conmigo. Por qué el tiempo pasa, joder. Por qué no para de una puta vez. Por qué ha jugado así conmigo. Yo no firmé esta mierda, yo siempre hice lo bueno, lo correcto, siempre luché contra lo injusto. Y ahora no me regala nada de todo aquello por lo que yo peleé. Ahora solo me queda mi mente, con recuerdos que inevitablemente van borrándose. Mi mente fallida y tus cartas. Al menos eso está, de tu puño y letra. Tus promesas firmadas con tu alma en mi papel.
¿Qué ha hecho que hayamos llegado aquí, si tú y yo solo
quisimos amarnos? ¿Por qué nos hemos perdido? ¿Acaso ha sido por mí? ¿Ha sido
inevitable? Volvería a enamorarme de ti, una y mil veces. Volvería a cometer el
error más grande de mi vida.
Pero ahora esas dos niñas que disfrutaban juntas, que solo reían
y se reían del mundo que les rechazaba, que eran una, yendo de la mano hasta el
abismo mismo, hasta el fin en el que ahora me faltas junto a mí, se han perdido y no se encuentran. Han pasado
años, el universo nos los ha robado como se los roba a todos. Y jamás podremos
volver al paraíso. Jamás. Eso ya fue para nosotras, las leyes del universo no
nos dan una oportunidad, tampoco a nosotras, aunque en algún momento hayamos
sido sus amantes de honor. Pero sigo mirándote y deseando besarte, besar a los labios
con los que aprendí a amar, a amar a alguien por encima de mí misma y de todo
lo demás. Esos labios que tienen a los míos en su tacto, entre sus arrugas, en
su dibujo, en su precioso relieve.
Al menos espero que en lo más hondo de ti pienses en mí, que recuerdes todo aquello, que lo eches de menos como yo lo hago. Me basta con que
en algún lugar me recuerdes como fui para ti, y que nunca jamás me olvides. Te
quiero, y te querré toda la vida. Sé muy feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario