martes, 13 de octubre de 2015

Nuestro reino inhabitado

Seré la reina de un mundo fugaz, que aparece y desaparece, pero hoy he vuelto a sentarme en el trono, mucho tiempo después, y qué bien sienta recuperar el poder de lo que legítimamente es tuyo, aunque sea por un instante, aunque al acabar el día no sepas cuándo será la próxima vez.




 Con la seguridad y el aplomo de un paso hacia delante, contemplando nuestro vasto reino inhabitado, repleto de arcoiris, bosques, brumas, acantilados fríos, épicos recuerdos y trampas como manzanas del edén, he vuelto a ponerme la capa y a empuñar este cetro, con mi reina de la mano y nada a lo que temer.

 Me ha costado que volviéramos a entrar, pero es un lugar tan recóndito y místico que no nos dejan pasar si es a medias. Sólo si venimos para rompernoslas, las medias, en nuestras aventuras de exploradoras de emociones y tierras pérdidas, podemos traspasar las puertas de oro que hay bajo la cascada de la autenticidad más desvergonzada.

Y joder, qué bien se está aquí contigo.



1 comentario:

  1. Enhorabueba por el retorno de gloria. Largos días y placenteras noches a las dos.

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